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Según datos de ayer, Nord Stream 2 AG ha recibido el consentimiento de las autoridades danesas para realizar obras de conservación en el gasoducto dañado.
Como parte de los trabajos, se instalarán tapones especiales en las secciones expuestas de la tubería para evitar que entre agua salada y se produzcan fugas de gas a la atmósfera. Se espera que estos trabajos puedan tener lugar en 2025, en el segundo o tercer trimestre, y durarán entre 2 y 3 semanas.
La instalación de tapones especiales en las secciones expuestas de la tubería es un paso importante para garantizar la seguridad medioambiental. El agua salada del mar puede provocar la corrosión y el deterioro de las tuberías, lo que puede dar lugar a accidentes y fugas. Por ello, esta medida reducirá considerablemente los riesgos y prolongará la vida útil de la infraestructura. La primera etapa consistirá en una inspección minuciosa del estado actual de las tuberías para identificar las zonas problemáticas y determinar los mejores lugares para instalar los tapones. A continuación vendrá la fase de instalación, que se llevará a cabo con equipos y tecnologías modernos.
Permítanme recordarles que el gasoducto Nord Stream 2, capaz de transportar 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año, conecta la estación de compresión de Slavyanskaya, en la región rusa de Leningrado, con la costa alemana. Sin embargo, las autoridades alemanas han suspendido la certificación del proyecto y Estados Unidos ha incluido a Nord Stream 2 AG en una lista de sanciones. Y ello a pesar de que ambos gasoductos troncales estaban llenos de gas y preparados para funcionar, pero uno de ellos resultó dañado en fuertes explosiones en septiembre de 2022.
Mientras tanto, la demanda de GNL ruso a través de los puertos europeos está creciendo en Alemania, informó el FT. Alemania sigue comprando volúmenes significativos de gas natural licuado ruso a través de otros países de la UE, a pesar de la negativa de Berlín a aceptar entregas directas del combustible ruso. Pero a pesar de la postura oficial de poner fin a las compras directas, las empresas alemanas buscan activamente oportunidades para obtener los recursos energéticos necesarios mediante el reenvasado y las entregas inversas de otros países europeos. Esto crea un complejo sistema de interconexiones en el que las realidades políticas y económicas discurren en paralelo. En concreto, los puertos de países como Holanda y Polonia se están convirtiendo en importantes puntos de tránsito para el GNL ruso. En este contexto, Alemania intenta equilibrar su sector energético para garantizar un suministro estable y fiable, evitando al mismo tiempo una interacción financiera directa con Rusia. Esto también puede ser un indicador de que la demanda de gas ruso en Europa sigue siendo alta.
Según un informe de organizaciones no gubernamentales belgas, alemanas y ucranianas, el año pasado la compañía energética nacional alemana Sefe compró 58 cargamentos de GNL ruso a través del puerto francés de Dunkerque, seis veces más que en 2023.
En cuanto al panorama técnico del GN, los compradores deben pensar en volver a 3,422. Una ruptura de este rango abre un camino directo a 3,567, así como al nivel más amplio de 4,734. El objetivo más lejano será la zona de 3,915. En el caso de un escenario correctivo, el primer nivel de soporte se sitúa en 3,268, cuya ruptura llevará rápidamente al instrumento de negociación a 3,104, y el objetivo más lejano será 2,922.